Una alimentación equilibrada es aquella que aporte los nutrientes y cantidad de energía necesaria para mantener el organismo en un estado nutricional óptimo, es decir, aquel estado que cumple los siguientes requisitos:
- Aporte de calorías adecuado para:
- Poder llevar a cabo los procesos vitales del organismo (metabolismo basal).
- Realizar actividad física.
- Mantener la temperatura corporal.
- Las calorías que consumamos deben estar repartidas a lo largo del día según la actividad de cada persona, aunque en general se recomienda que el desayuno aporte alrededor de un 25 % de la energía diaria.
- Que ingiramos alrededor de un 50-60 % de carbohidratos, un máximo de 30 % de grasas y un 10-15 % de proteínas. Esto puede variar en función de cada persona, pues algunos deportistas pueden llevar una dieta más reducida en cuanto a grasas y más alta en cuanto a proteínas.